Efectos de la meditación
“Cualquiera que haya practicado la meditación sabe qué difícil es hacer callar nuestra “conversación mental” para conectarnos con nuestra mente más profunda, sabia e intuitiva”
-Shakti Gawain-
La práctica de la meditación conduce a obtener un
cierto grado de interiorización que resulta saludable para el cuerpo, la mente
y el espíritu. He realizado meditación desde pequeña, por lo que conozco bien
sus efectos y me han ayudado a superar desde momentos muy complejos, hasta un día
pesado.
El efecto más notable de la meditación es posiblemente el
que se produce sobre las ondas cerebrales, que ha sido estudiado a través de
electroencefalogramas. El cerebro emite ondas de distinta frecuencia que varían
en los distintos estados de conciencia.
Los ocho pasos del Yoga de Patanjali no son el motivo de este post, aunque es importante remarcar que para llegar al Samadhi, es decir, para alcanzar la Iluminación, hemos de ir evolucionando e integrando por cada uno de los peldaños, recorriendo cada uno de los tramos del sendero.
Para que lo entendamos mejor, el tercer paso según Patanjali es Âsana, es decir, las posturas físicas.
Habitualmente se relaciona el Yoga en gran medida con las posturas, con ponernos de mil formas imposibles, y ganar flexibilidad entre otras muchas cosas. Pues eso, las posturas son tan solo el tercer paso del sendero. La Meditación, llamada Dhyana, es el séptimo paso, y es el previo a la meta en la que ya habremos alcanzado todo nuestro potencial. Lo curioso de todo esto, es que el propio Yoga incluye la Meditación como su séptimo paso, según el sabio hindú. Según otras corrientes de pensamiento y filosofías, la propia Meditación ya es una práctica muy sólida en si misma, y podemos practicarla al margen de posturas u otras técnicas.
No hay que confundir las cosas. El Yoga incluye la Meditación, pero no al revés. Hacer Yoga es algo que todos podemos practicar, adaptando las clases a nuestras limitaciones y necesidades. La Meditación en cambio, es un paso mucho más profundo.
Los ocho pasos del Yoga de Patanjali no son el motivo de este post, aunque es importante remarcar que para llegar al Samadhi, es decir, para alcanzar la Iluminación, hemos de ir evolucionando e integrando por cada uno de los peldaños, recorriendo cada uno de los tramos del sendero.
Para que lo entendamos mejor, el tercer paso según Patanjali es Âsana, es decir, las posturas físicas.
Habitualmente se relaciona el Yoga en gran medida con las posturas, con ponernos de mil formas imposibles, y ganar flexibilidad entre otras muchas cosas. Pues eso, las posturas son tan solo el tercer paso del sendero. La Meditación, llamada Dhyana, es el séptimo paso, y es el previo a la meta en la que ya habremos alcanzado todo nuestro potencial. Lo curioso de todo esto, es que el propio Yoga incluye la Meditación como su séptimo paso, según el sabio hindú. Según otras corrientes de pensamiento y filosofías, la propia Meditación ya es una práctica muy sólida en si misma, y podemos practicarla al margen de posturas u otras técnicas.
No hay que confundir las cosas. El Yoga incluye la Meditación, pero no al revés. Hacer Yoga es algo que todos podemos practicar, adaptando las clases a nuestras limitaciones y necesidades. La Meditación en cambio, es un paso mucho más profundo.
El yoga (del sánscrito yoga ‘unión’)
se refiere a una tradicional disciplina física, mental y espiritual que se
originó en la India.
La palabra se asocia con prácticas de meditación en
el hinduismo,
el budismo y
el jainismo.
Según sus practicantes, el yoga otorga como resultado:
La unión del alma individual con
la divinidad (Brahman, Shiva, Visnú, Kali, etc.), entre los que
tienen una postura religiosa de tipo devocional, y la unión del ser con el
todo.
La percepción de que el yo es espiritual y no material,
entre los que tienen una postura espiritualista.
El bienestar físico y mental, entre los que tienen una
postura racionalista (atea o agnóstica).
Los seguidores de las distintas doctrinas de la India
sostienen que los diversos caminos conducen al mismo fin. Generalmente el
seguidor de un tipo de yoga cree que el único yoga (método de unión o
acercamiento a Dios) es el propio, y desprecia a los practicantes de otros
tipos de yoga.
Los gñanis (a veces llamados "gñana-yoguis")
quieren fundirse en la existencia del Absoluto (como una gota en el mar). Para
el gñani, la meta del bhakta, de estar «con» Dios significaría que el alma todavía
está cubierta por el velo de maya,
que le hace creerse diferente de Dios.
Para los bhaktas (a veces llamados bhakti-yoguis) la meta
del gñani es naraka (el
infierno), porque los bhaktas quieren tener una relación personal con Dios (dos
personas distintas: el alma y Dios).
Los tipos de yoga que se consideran fundamentales son:
rāja yoga (habitualmente identificado con aṣṭāṅga yoga)
gñana yoga
karma yoga
Las denominaciones bhakti yoga y hatha yoga no
corresponden a ramas o caminos fundamentales del yoga clásico. El hatha
yoga es una parte del rāja yoga.
Raja yoga
El raja yoga (lit. ‘yoga regio’ o ‘el rey entre
los yogas’ donde rashá: ‘rey’) se suele identificar con el ashtanga
yoga descrito por Patañjali.
Son las técnicas internas del yoga, compuesto por mantras,
sonidos, mudras o
sellos gestuales, mandalas, activación y desbloqueos de chakras, y técnicas de relajación
Ocho etapas
El texto sánscrito Yogasūtra (‘aforismos
de yoga’) de Patañjali (probablemente del siglo III a. C.)
prescribe la adhesión a ocho preceptos que constituyen lo que se denomina ashta-anga yoga, el ‘yoga de los ocho miembros’
(siendo ashta: ‘ocho’, y anga: ‘miembro’). En este texto,
Patañyali recopiló y sistematizó los conocimientos acerca de estas técnicas.
Estos «ocho miembros» son:
iama (‘prohibiciones’):
ahimsa (‘no violencia’, sensibilidad hacia otros seres).
satya (‘veracidad’,
no mentir).
asteya (‘no robar’).
brahmacharya (‘conducta brahmánica’, aunque
en la práctica significaba celibato y estudio de los Vedás)
aparigraha (‘desapego’, a personas, al hogar, etc.).
niyama (‘preceptos’):
saucha (‘limpieza’ física y mental)
santosa (‘completa satisfacción’).
tapas (disciplina, ‘consumirse por el
calor’).
svadhyaya (‘recitar [los Vedás en
voz baja,] para sí mismo’).
ísvara pranidhana (‘ofrecerse
o entregarse a la divinidad, al Controlador [Dios]’)
asana (‘postura’) figuras o posturas corporales, realizadas
de pie, en el piso, con diferentes puntos de apoyo; con diferentes variantes,
de equilibrio, flexión, extensión, rotación, relajación, descanso, inversión,
del cuerpo o partes de él. El hatha yoga se
enfoca en este miembro.
pranayama (‘control de la respiración’; prana: energía
mística presente en el aire respirado; y yama: ‘control’)
pratyahara (‘poco comer’, control de
los sentidos; praty: ‘poco’; ahara: ‘comer; implica el
retraimiento de los sentidos de los objetos externos).
dharana (‘sostenimiento’; dhara: ‘sostener’;
implica la concentración de la mente en un pensamiento).
dhyana (‘meditación’).
samadhi (‘completa absorción’).
Gñana yoga
Un grupo de mujeres practicando vriksa-asana (‘postura
del árbol’).
El gñana (‘conocimiento’)
se aplica tanto en contextos sagrados como laicos. Vinculado con el término
«yoga», se puede referir al aprendizaje o conocimiento conceptual, y a la más
elevada sabiduría, visión intuitiva o gnosis; es
decir, a una especie de conocimiento liberador o intuición. Ocasionalmente, el gñana se
equipará incluso con la Realidad última. el término griego gnōsis, el
latino cognōscere y el sánscrito gñana son cognados de
derivados de la misma raíz indeouropea *gnō(s)-.
Karma yoga
El karma yoga, ‘yoga de la acción’ o, más bien, ‘yoga
del servicio’, es la dedicación completa de las actividades, las palabras y la
mente a Dios. El karma yoga no es la actividad dedicada al
bien. Según el hinduismo, las buenas obras (el buen karma) no llevan a
Dios, sino a una siguiente reencarnación en
mejores condiciones de vida; mientras que las actividades pecaminosas (el mal karma)
llevan a una reencarnación en peores condiciones de vida. El karma yoga no
produce reacciones materiales, sino que libera al alma y le permite, en el
momento de la muerte, volver con Dios.
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